Alto consumo calórico, fácil de realizar, efectos positivos sobre la mente y la báscula. La lista de buenos motivos para perder peso y ponerse en forma corriendo, se podría seguir completando sin problemas. Pero también en este caso es importante mantener los ojos abiertos mientras realizas una carrera de resistencia. Te enseñamos los obstáculos que te puedes encontrar al hacer «jogging» y que deberás dejar de lado en tu camino hacia la figura deseada.
Correr no sólo es una de las formas de entrenamiento mas efectivas en la lucha contra los indeseables michelines, sino también una de las más populares. Según una encuesta del Ministerio de Sanidad, un 30,4% de los españoles practicaba este deporte en 2015 frente al 12,9% de 2010, lo que supone que la tendencia va en claro aumento. Ya sea para quemar calorías, para endurecer los glúteos o para eliminar la hamburguesa del día anterior. En los últimos años, el «jogging» suele aparecer en el Top 10 de las actividades de tiempo libre preferidas, por encima incluso de los juegos de mesa, el fútbol o el ciclismo. Ya sea al aire libre o en cinta de correr.
Pero por mucho que te pueda ayudar el más original de los deportes cardio en tu misión de perder peso, tampoco te ofrece una garantía de resultados rápidos y duraderos. A pesar de entrenar a menudo, los cambios perceptibles en la báscula se pueden hacer esperar. Y esto suele ir en ocasiones en contra de la motivación. Y para que tu entrenamiento de carrera termine en historia de éxito y no en una frustrante historia sin final, te dejamos aquí tres errores típicos que podrás evitar fácilmente.
Error #1: Papilla uniforme
Si siempre recorres la misma distancia con una intensidad constante, antes o después a tu cuerpo le faltarán nuevos estímulos. Como organismo inteligente, se halla en la situación de ajustarse a esas circunstancias, para trabajar de la manera más eficiente posible. Esto significa para ti, que aunque sigas realizando el recorrido habitual mientras sudas la gota gorda, terminarás por consumir menos calorías realizando la misma distancia. Tu cuerpo habrá decidido sencillamente invertir menos energía para ese esfuerzo. Energía que de hecho tú sí quieres eliminar en forma de calorías. El remedio aquí es la variedad. Intercala de vez en cuando distintos elementos como sprints o estocadas en tu entrenamiento de carrera o realiza tramos más largos en menos tiempo para alcanzar la meta.
Error #2: los límites los pones tú
Si a pesar de salir a correr de manera habitual los resultados deseados se niegan a reflejarse en la báscula, muchas personas tienden a responder con más entrenamiento. Aquí la capacidad de adaptación del cuerpo puede ser un motivo para el estancamiento. Un factor esencial a la hora de perder peso son los músculos. Cuanto más a menudo se entrenen, más energía necesitarán. El metabolismo basal del cuerpo aumenta. Incluso aunque al correr se trabajen de forma efectiva numerosos grupos musculares, no está de más ir más allá de los límites deportivos de vez en cuando. Con estos nos referimos a probar otros deportes cardio como el ciclismo o el remo, para así activar distintos músculos, ofreciendo nuevos estímulos a tu cuerpo.
Error #3: paciencia
Correr es de hecho un deporte efectivo para cualquiera, aunque no tiene el mismo efecto en todas las personas. Mientras que algunas parecen perder kilos con cada kilómetro que corren, en el caso de otras los éxitos visibles en la báscula y el espejo tardan en reflejarse. Sobre todo a los «novatos de la carrera» les suele faltar la paciencia necesaria para aceptar las fases de estancamiento, que a menudo siguen a los rápidos avances del principio.
Lo rápido que el cuerpo se acostumbre al entrenamiento de carrera y en qué medida el entrenamiento y la pérdida de peso están correlacionados, depende de muchos factores distintos. Quien p.ej. tenga poca actividad en su día a día, al principio recuperara mediante el entrenamiento la masa muscular perdida. Y esto se notará en la báscula. Quien tenga muchas dietas milagro (infructuosas) a sus espaldas, notará que su cuerpo quema energía al principio de manera muy cautelosa. No es de extrañar, ya que tiene que contar con otra posible época de «vacas flacas». En este punto suele funcionar por norma general una reprogramación del cuerpo. Mediante movimiento y una alimentación regulares, aprenderá de nuevo a reaccionar con el consumo energético adecuado frente a necesidades energéticas concretas. Lo que dura, necesita de paciencia.
Consejo: Presta más atención al espacio entre el cuerpo y la ropa, en lugar de a la báscula y el espejo. Un indicador infalible de que el correr merece la pena: ropas que poco a poco te quedan más sueltas.