Estás en el suelo, sobre el césped. Un jugador de tu equipo o del equipo contrario viene corriendo, te toma la pierna afectada, la estira y presiona la punta de los dedos de los pies hacia el cuerpo. Este tipo de escenas son muy frecuentes cuando vemos en televisión eventos futbolísticos o de otra índole deportiva.
Son los calambres musculares los que obligan a estos deportistas a detener de inmediato su actividad. En este artículo veremos cómo surgen y por qué hay personas más propensas que otras a sufrirlos.
Dolores intensos que llegan sin avisar
El músculo se contrae, se endurece y la desagradable sensación permanece hasta que se actúa activamente contra ella. Seguro que en algún momento habrás experimentado este dolor repentino e intenso en tus músculos. Los calambres musculares aparecen durante el día, tanto en reposo como al afrontar cargas. También pueden aparecer por la noche, antes de dormirte o mientras duermes. A menudo son las piernas las que se ven afectadas. Y en este punto de lo mismo si se trata de una persona deportivamente activa o una persona inactiva. Le puede pasar a cualquiera.
No sólo los deportistas sufren estos dolorosos espasmos musculares.
Estos calambres no surgen en el músculo, sino en el nervio que lo controla. El cerebro envía impulsos eléctricos al músculo con la orden de contraerse o relajarse. La transmisión de los impulsos tiene lugar con ayuda de los minerales. Sin embargo, cuando hay un calambre, los nervios ignoran al cerebro. No se dejan controlar y esto tiene como resultado una contracción duradera e incontrolada del músculo. Esta contracción constante es percibida como un calambre doloroso en la musculatura. Un espasmo así puede durar desde unos pocos segundos a varios minutos. Las causas de los calambres musculares no están del todo claras. Cuando tiene lugar un calambre, muchas veces no es fácil reconocer qué lo ha provocado. Algunas posibles causas pueden estar relacionadas con los siguientes aspectos:
- Falta de minerales (p.ej. magnesio, potasio o calcio)
- Trastornos metabólicos (p.ej. Diabetes Mellitus)
- Circulación sanguínea insuficiente (p.ej. debido a zapatos o calcetines muy ajustados)
- Posturas de un lado (p.ej. estar sentado en una postura determinada por mucho tiempo)
- Posturas incorrectas durante el sueño
- Infecciones
- Sobrecarga de la musculatura (p.ej. intensidad de entrenamiento demasiado alta)
- Problemas ortopédicos (problemas en los pies)
- Consumo elevado de alcohol
- Envejecimiento
- Embarazo
Sí se ha analizado el comportamiento de los calambres en los deportistas. A menudo, la musculatura sobreentrenada o no entrenada, así como un equilibrio alterado de líquidos y electrolitos, juegan un papel muy importante. Al practicar deporte se pierden líquidos y minerales importantes mediante el sudor. Pero éstos son necesarios para los nervios, para enviar impulsos controlados a los músculos. Por lo tanto, la falta de los mismos puede llevar a un trastorno en la transmisión de dichos impulsos. Incluso la propia función muscular depende de unas reservas minerales equilibradas.
¿Qué se puede hacer contra los calambres?
Así podrás prevenir la aparición de los calambres musculares…
- Llevar a cabo estiramientos regulares específicos para las zonas afectadas
- No olvides el calentamiento
- Aumento cuidadoso de distancia e intensidad. Los músculos fatigados y demasiado entrenados son más propensos a sufrir calambres.
- Ingerir suficientes líquidos
- En caso de cargas prolongadas emplear bebidas deportivas
- Alimentación saludable; ocasionalmente aumentar el consumo de magnesio y calcio mediante alimentos específicos
- Disminuir el consumo de alcohol
Los calambres musculares aparecen a menudo en las extremidades inferiores. Podrás relajarlos llevando al límite el rango de movimiento de la articulación (estiramiento). Aquí abajo de tejamos algunos ejercicios de estiramiento indicados para calambres agudos.
Ejercicios en caso de calambres musculares
Parte anterior del muslo: En posición horizontal o vertical, se debe sujetar el tobillo de la pierna afectada con la mano y llevar la pierna hacia atrás, en dirección al glúteo. Se debe mantener el muslo en paralelo y la cadera derecha.
Isquiotibiales: En posición sentada con las piernas estiradas, se deben sujetar los dedos del pie de la pierna afectada con la mano. La mano que queda libre debe hacer una leve presión en la rodilla hacia abajo para asegurar el estiramiento.
Calambres en los gemelos: De pie, en posición de paso amplio, se debe presionar el talón de la pierna afectada hacia abajo.
Dedos de los pies: Llevar hacia atrás los dedos del pie afectado, para estirar la musculatura de la suela del pie.
Por norma general, los calambres musculares suelen ser inofensivos. Sin embargo, en caso de que éstos aparezcan durante un periodo prolongado sin aparente causa, se debe acudir al médico. Un análisis de sangre suele ser suficiente para saber si podría tratarse de una enfermedad grave.
En un estudio de la Universidad Deportiva de Colonia, los investigadores demostraron que mediante una terapia con aparatos de EMS se puede aumentar el umbral de los calambres. Si sigues nuestros consejos, lograrás reducir notoriamente el riesgo a sufrir calambres musculares.