Los corredores más apasionados lo saben: el invierno ya ha llegado, pero no quieren prescindir de su entrenamiento. De lo contrario, se pierde el ritmo y en primavera toca volver a empezar desde cero. Pero quien se adentra en el frío de la mañana o la tarde, verá que le falta el aire después de correr pocos metros. Y en ese momento muchas personas se preguntan si correr cuando hace frío es saludable. Otro peligro son las placas de hielo que surgen con las bajas temperaturas, y que hacen que salir a correr suponga el riesgo de resbalarse. El riesgo de acatarrarse o lesionarse es por lo tanto especialmente alto en invierno.
Lo que sucede en el cuerpo al correr con frío
Muchos deportistas de resistencia suelen presentar problemas con la respiración durante las sesiones de carrera con aire frío. Esto se debe a que las vías respiratorias se agotan, enfrían y secan mucho por el aire frío. La consecuencia es que los corredores se ven obligados a respirar más rápido e incluso a toser. En ocasiones se habla también del «asma del frío» o del «asma inducida por el esfuerzo». En este caso la personas con enfermedades crónicas del corazón y las vías respiratorias se ven especialmente afectadas.
Al respirar por la boca, el aire helado llega además a los pulmones casi sin calentarse. Con ello aumenta a su vez el riesgo de infecciones.
Además, con las temperaturas bajas, la piel, el tejido conjuntivo, los tendones y las articulaciones muestran una peor circulación sanguínea. Esto hace que sean menos elásticos y más propensos a las lesiones. El pulso se acelera y el cuerpo necesita más energía
¿Es peligroso para la salud correr cuando hace frío?
Para esta pregunta existen distintas respuestas. Mientras que algunos opinan que con las bajas temperaturas no existe ningún problema para salir a correr, para otros la inseguridad que supone es muy alta. Lo que sí está claro es que las vías respiratorias podrían irritarse mucho por efecto del aire frío. Esto puede provocar rápidamente tos o incluso una bronquitis. Los deportistas más motivados que deseen continuar con su entrenamiento habitual en invierno, sin realizar ninguna pausa, tienden a subestimar las consecuencias en la salud.
La regla de oro es que cuando la temperatura sea extremadamente baja (entre -8 y -15 grados) y se tengan bronquios sensibles, se aumente la precaución. De lo contrario el cuerpo no podrá calentar el aire respirado lo suficiente, antes de que llegue a los pulmones. Y en cualquier caso, siempre te queda la alternativa de entrenar en casa, con una cinta de correr.