En estos días de fiesta hay cierta propensión a los excesos. Pronto estaremos sentados de nuevo en torno a una mesa, acompañados de nuestros más allegados, compartiendo una rica comida y alguna que otra copa. Por ello hoy nos planteamos la relación entre el deporte y el alcohol.
Relación entre deporte y alcohol
Como sucede con muchos estudios y preguntas científicas, cuando se habla de la relación entre el entrenamiento y el vino, el vodka o el whisky, la respuesta está clara desde el primer momento. El alcohol no es bueno, ya que es un veneno para los nervios y cada borrachera supone una autodestrucción inducida de manera más o menos alegre. Si hay alguien que a día de hoy no sepa que la ingesta excesiva de alcohol es nociva, es probable que ya no se le pueda explicar. Lamentablemente, en ocasiones relacionamos la ingesta de alcohol con el placer. No en vano, puede resultar divertido y tampoco es que queramos predicar la abstinencia. Sin embargo, todo el mundo debería ser consciente de los efectos nocivos del alcohol, algunos de los cuales repasaremos a continuación. Pero lo que queremos realmente es lanzar un resumen general sobre la relación entre el alcohol y el deporte.
De hecho, el deporte y el alcohol tienen mucho en común. Ambos pueden servir de unión social, pueden causar estados de euforia, tienen grandes efectos físicos, psíquicos y anímicos, ambos pueden causar dolores y molestias al día siguiente, aunque sea en distintas zonas, y por último, ambos mejoran la autoestima. No obstante, porque existan estos puntos en común, no significa que se pueda disfrutar de ambos al mismo tiempo.
Quien quiera lucir abdominales, debe alejarse de la cerveza
Cuando estamos bebiendo se nos suele olvidar que el alcohol es una fuente de energía. Y de hecho una con un alto valor calórico. Bajo «valor calórico» se entiende la cantidad de energía que se libera al «quemar» 1 gr del nutriente en cuestión. Los carbohidratos y las proteínas tienen un bajo nivel calórico. Ronda las 4,11 kcal/gr. El alcohol se sitúa en unas 7,11 kcal/gr y sólo lo superan los lípidos, que aporta unas 9,31 kcal/gr. Hay personas para las que este tipo de valores son demasiado abstractos. Pero vamos a contarlo en vasos o botellas. Aquí te dejamos un ejemplo:
- Una botella de 0,7 l de vino tinto Côtes du Rhône con el 13% Vol. contiene 91 ml de alcohol.
- El alcohol tiene una densidad de 0,79 gr/ml, lo que hace que en una botella haya 71,89 gr de alcohol.
- Si contamos que el alcohol contiene 7,11 kcal/gr, el resultado son unas notorias 511 kcal que te aportará sólo la parte alcohólica del vino.
A tener en cuenta…
Además del alcohol, el vino también contiene otros componentes, por lo que una botella de vino contiene aún más calorías. Si tu objetivo de ingesta diaria se sitúa en unas 2000 kcal, para mantener tu peso o incluso perder algo de peso, una botella de vino supondría más de un cuarto de las calorías deseadas. Y a esto hay que sumar el hambre que te dará después. ¿Cómo de tentadores te resultan las hamburguesas y la comida rápida de camino a casa? Aquellas personas que no estén expuestas a estas insidiosas tentaciones debido a su situación de vivienda pueden considerarse afortunadas.
Por cierto, gracias un estudio independiente sobre alimentación estudiantil sabemos que la manera menos calórica de llegar «al puntillo» es con chupitos de bebidas transparentes. Por el contrario, los combinados son lo peor en este sentido, aunque esto es algo que sólo se menciona de pasada.
¿Sudar el alcohol? ¡No! Es mejor sentarse.
A menudo se oye que haciendo deporte se pueden sudar los restos de alcohol. Y de veras que esto no se entiende. Más allá de que no es cierto, ya que el alcohol será metabolizado por el hígado en un 95%, nunca se te debería pasar por la cabeza practicar deporte con resaca. No en vano, seguro que tienes otras cosas en la cabeza. O a lo mejor, sencillamente nada. Es cierto que en alguna ocasión el entrenamiento puede resultarte algo tedioso. Y se te puede pasar por la cabeza, que montar en bici bebiendo una cerveza sería la solución. Pero mejor si te quitas esa idea de la cabeza. Piensa que con el alcohol disminuyen el tiempo de reacción, la coordinación y la concentración. Por lo tanto, tampoco correr es una opción, ya que en el aspecto de coordinación, te exige mucho más que estar en el sofá. Vale que si entrenas en casa con una bicicleta de ciclo indoor, no podrás atropellar a nadie, ni calcular mal una curva o despistarte en un stop. Si te pasa algo de eso, hay algo que debes estar haciendo realmente mal… Pero ni en ese caso es aconsejable beber alcohol mientras entrenas.
De hecho, volviendo a la práctica deportiva como método contra la resaca, puede resultar incluso nociva. Después de la ingesta de alcohol, el cuerpo estará ocupado eliminando dicha intoxicación. Esto requiere mucha energía, que le faltará para el movimiento. Obviamente, esto también sucedería a la inversa. Además, al practicar deporte se pierden líquidos. Y el alcohol es altamente deshidratante. Por lo tanto, las reservas de liquido se verán doblemente mermadas.
Resumen
No se recomienda bajo ningún concepto el consumo de alcohol antes o durante la práctica deportiva, ya que puede ser incluso peligroso. Quien desee perder peso, también tiene que prestar atención a la ingesta de calorías, y no olvidar la cuenta de las calorías que contiene el alcohol. Es por ello que el único nexo que puede tener cierto sentido entre alcohol y deporte, puede ser la televisión. En esa situación, incluso se permite beber algo, mientras disfrutas viendo el partido.