Se acerca el invierno. Y en esta época del año hay otras normas, al menos para los usuarios de e-bikes. Es totalmente indiferente si vas a dejar que tu e-bike iverne o si eres e las personas que disfrutan con el viento gélido en la cara y la conducción sobre placas de hielo. Sobre todo hay que tener en cuenta la batería. En este artículo te resumimos los consejos más importantes para que cuides de tu e-bike en invierno como se merece.
En invierno, ¡la e-bike al sótano!
Aunque vayas a mantener guardada tu e-bike durante los meses más fríos del año, hay ciertos detalles que debes tener en cuenta. Lo mejor es guardarla totalmente limpia. Para ello, es importante retirar primero el aparato de control o el ciclocomputador con GPS. Asimismo, no debes olvidar retirar la batería, la cual sufre mucho con las bajas temperaturas.
Para almacenar la batería te recomendamos que la cargues al 50-80% y la coloques en alguna estantería o algún otro lugar a temperatura ambiente. Después de tres o cuatro meses, deberás comprobar el estado de carga de la batería y cargarla si fuera necesario. En cualquier caso, esperemos que el otoño se prolongue y el invierno sea breve, para que pronto puedas volver a lucir bicicleta eléctrica.
Para limpiarla, lo mejor es hacerlo con agua templada con lavavajillas y un cepillo con cerdas suaves. Es muy importante dejarla impoluta antes de retirarla al garaje. A no ser que te hayas metido por caminos de barro y por mitad del campo, la suciedad se eliminará muy fácilmente. A continuación se debe secar todo bien.
También deberás lubricar la cadena con aceite especial. No le pongas demasiado aceite, ya que es suficiente una pequeña cantidad que se repartirá perfectamente. Si cuentas con un desviador en la cadena, selecciona el piñón medio, lleva la cadena lentamente hacia atrás, y reparte el aceite. A continuación cambia a otro piñón y deja que la cadena corra. Una vez limpia y lubricada, podrás proceder a guardar la e-bike en el sótano.
Para los valientes que vayan a usar la e-bike con el frío
Si tienes intención de hacer uso de la bicicleta en los meses fríos del año para ir al trabajo o moverte por tu ciudad, una e-bike resulta ideal, ya que seguramente llevarás ropa caliente, gruesa y pesada. Con una bicicleta eléctrica no empezarás a sudar tan pronto, ya que tendrás «el viento a favor». Pero como decíamos antes, a las baterías de las e-bikes no les gusta el frío. Con temperaturas bajo 0ºC, el rendimiento y alcance de la batería se verán seriamente disminuidos. ¡Pero que no cunda el pánico! Ese estado no repercutirá a largo plazo y cuando suban las temperaturas volverá a aumentar el rendimiento de la batería. Y al pedalear la batería también se calienta debido al suministro de energía.
Al cargar la batería debes tener en cuenta que debe estar a temperatura ambiente, por lo que es preferible cargarla en el salón, antes que en el garaje. Lo mejor es esperar a que la batería se haya aclimatado a la temperatura de la habitación, para alcanzar una carga óptima. Después del viaje deberás llevarte la batería contigo a lugar cálido y nunca dejarla durante mucho tiempo a la intemperie. De lo contrario podrá sufrir daños.
Al usar una e-bike en invierno, el cuidado de la bici es aún más importante que de costumbre. Asegúrate siempre de que la cadena esté bien lubricada, empleando siempre aceite especial para cadenas de bici. Esto protegerá la cadena cuando se distribuya sal contra las heladas. De lo contrario tendrás que llevar al taller tu bici al cabo de un par de inviernos. Es obvio que frenos y luces deben funcionar en invierno a la perfección. Además debes llevar ropa cálida y resistente a la intemperie. Las prendas especiales para ciclismo te ofrecen una mejor movilidad. Asimismo no olvides emplear bandas reflectantes para mayor seguridad y visibilidad.
