Cuando atendemos a nuestros clientes, muchas mujeres (y también hombres) suelen preguntar por los objetivos de entrenamiento estéticos, además de los que tienen que ver con la salud. Eliminar algún michelín, darle un poco de forma a alguna parte del cuerpo y hacer que el cuerpo esté terso son los deseos que suelen presentarse. Y a menudo, durante el asesoramiento de entrenamiento y aparatos, sale a la palestra el término del desarrollo muscular o entrenamiento de musculación. Esto suele traer, sobre todo entre las mujeres, reacciones bastante controvertidas: «No, no… ¡yo no estoy interesada en el desarrollo muscular! No quiero verme como esas chicas que practican el culturismo.» «¿Entrenamiento de fuerza? No, gracias. No creo que levantar peso sea femenino. Además es demasiado aburrido».
¿Tan fácil es ponerse «cachas»?
El mundo de los medios de comunicación y el fitness reconoció pronto este problema. Por ello se han creado términos como «bodyshaping», «bodyforming» o entrenamiento de la figura. Con esto se han conseguido una especie de eufemismos para la combinación básicamente de reducción de grasa y desarrollo muscular. Así se ajusta mejor al público femenino (o eso es lo que pensamos nosotros…). De hecho, no se le debe tener ningún miedo a tener demasiada masa muscular. Incluso a falta de estudios científicos, alguien que practique deporte por afición o por salud de forma regular, no perderá su feminidad por incluir un entrenamiento de fuerza en su rutina. Al contrario.
Este tipo de entrenamiento puede ayudar a alcanzar los objetivos de entrenamiento estéticos de muchas personas (los clásicos: vientre, piernas, glúteos, brazos). También los hombres, que por temas genéticos muestran cierta ventaja en el desarrollo muscular frente a las mujeres, deben hacer un esfuerzo importante para lograr un desarrollo muscular significativo a partir de cierto punto.
Nadie, por mucho que vaya de vez en cuando en bicicleta al trabajo, se plantearía presentarse por ello al Tour de France y batirse en duelo en una etapa de montaña contra Egan Bernal. Sin embargo, por una razón incomprensible, muchas personas (especialmente féminas) piensan que si se acercan a una mancuerna demasiado a menudo, su físico estará en peligro y podría convertirse en el cuerpo de un culturista.
Efectos del entrenamiento de fuerza
Pero vamos a ahorrarnos el mencionar todo el esfuerzo que haría falta para conseguir un cuerpo semejante. Y eso, sin tener en cuenta otros muchos factores, como la alimentación. Lo que tiene que quedarte claro es que esos cuerpos no se consiguen sólo por el entrenamiento con pesas. Fiijémonos en la imagen de esta mujer. En ella se pueden observar los posibles efectos que un entrenamiento de musculación regular puede ejercer sobre la figura femenina:
Aquí vemos a una modelo con una musculatura muy entrenada. Está bastante marcada para los estándares femeninos. ¿Te parece muy poco femenino? Es cierto que la nutrición juega un papel cada vez más importante, sobre todo en un estadio avanzado. Pero realmente no queremos avanzar hacia el campo de los deportes de competición. Simplemente deseamos poner en forma un sistema muscular generalmente no entrenado. Independientemente de las mejoras funcionales que aporta un entrenamiento de fuerza regular, también se irán notando con el tiempo aspectos estéticos hasta cierto punto sin darte cuenta.
Naturalmente los requisitos, pretensiones y exigencias de cada cual son diferentes. Pero con un entrenamiento de fuerza o de musculación específico todo el mundo puede conseguir una mejora de la capacidad de rendimiento muscular. Con ello también se obtendrá una mejor sensación corporal. En este punto no sólo juegan un papel importante los cambios estéticos, sino sobre todo el aumento en la capacidad de carga y rendimiento del aparato muscular.
No descartes la musculación en tu rutina
Imagínate una mujer que realizando sentadillas con barra larga no sólo consigue tener unos muslos tersos y unos glúteos firmes, sino que además puede levantar a hombros sin problema a su pareja (que se pasa el día sentado en la oficina) para que éste coloque un clavo en la pared… Bueno, vale… esto se empieza a ver raro…
Está claro que el esfuerzo para conseguir eso crece de forma proporcional a las exigencias que se tengan. Pero si no eres de las que quiere aparecer en la portada de las revistas, sino simplemente sentirte bien contigo misma y con tu figura, deberías plantearte integrar el entrenamiento de musculación en tu rutina. Y si además de todo esto, te puedes aprovechar también de una mejor postura corporal, una mayor autoconfianza y una capacidad de carga notablemente mayor en tu día a día, la pregunta es: ¿a qué estás esperando?
Así que, no le tengas miedo, agarra esas mancuernas y ¡a entrenar también tu fuerza! Recuerda a tus músculos que no han sido concebidos sólo para estar ahí, sino para contraerse con fuerza. Nuestro organismo está creado en muchos sentidos para superar adversidades.