Las bicicletas ergométricas son aparatos de fitness muy populares para el entrenamiento cardio o para el calentamiento previo al entrenamiento de fuerza, sobre todo por que es muy fácil entrenar con ellos. Funcionan prácticamente como si de bicicletas se trataran. Para muchas personas, sólo es cuestión de sentarse en ellas y pedalear. Pero en realidad tampoco es tan sencillo. Al entrenar se pueden hacer varias cosas de forma errónea, sobre todo en relación con la postura. Y con el tiempo esto puede desencadenar ciertas contracturas y dolores. El ergómetro se debe ajustar siempre a la altura individual de cada usuario antes del entrenamiento. A continuación te explicamos los errores de entrenamiento más comunes y te mostramos cómo encontrar la posición correcta de entrenamiento para el ergómetro.
Postura en el ergómetro #1: Ajusto del sillín
El sillín de las bicicletas ergométricas se puede ajustar en
altura, de modo que se pueda adaptar a la altura individual del ciclista. En caso de que hagan uso del ergómetro varias personas de estatura diferente, habrá que ajustar la altura del sillín antes de cada entrenamiento a la posición ideal para cada cual. Gracias a la palanca de ajuste, ésto se realiza rápidamente. Si el sillín se sitúa demasiado bajo, no se entrenará de forma suficiente la musculatura de las piernas. Además, una postura de entrenamiento demasiado baja cargará en exceso las articulaciones de las rodillas, causando así dolores. Tampoco es adecuada una postura demasiado alta, ya que la fuerza no se transmitirá de forma óptima.
Como norma general se podría decir que el muslo y la espinilla deberían crear un ángulo que no supere los 90º al situarse el pedal en la parte más alta. Otra manera de comprobar que la postura en la que estamos sentados es correcta: al situarse el pie en la parte mas baja, el muslo y la pantorrilla no deberían superar los 170º de ángulo entre ambos. Por lo tanto, la pierna no puede estar totalmente estirada.
Postura en el ergómetro #2: Las manos
Algunas de las personas que entrenan con la bicicleta ergométrica tienden a tirar hacia abajo con la muñeca en el manillar. Con el tiempo, esta postura puede provocar dolores articulares o una sensación de entumecimiento. La mano tiene que ser una prolongación recta del antebrazo al entrenar con el ergómetro. Por lo tanto, no debe doblarse ni para adelante ni para atrás, sino abrazar las empuñaduras de manera recta y suave.
Postura en el ergómetro #3: Los hombros
Otro factor a tener en cuenta a la hora de mantener una postura correcta cuando se entrena con un ergómetro son los hombros. A veces pasa que al entrenar subimos los hombros hacia arriba. Esto puede provocar dolores cervicales y de cabeza a corto o medio plazo. La postura ideal es aquella en la que los hombros caen ligeramente hacia abajo.
Postura en el ergómetro #4: El tren superior
Es un fenómeno bastante extendido entre quienes entrenan con este aparato, que el tren superior gire de un lado a otro. Seguramente sea porque el ergómetro se mantiene firmemente sobre sus patas. Y es que al montar en bicicleta no solemos hacer esos giros del tren superior. Ese balanceo de la parte superior del tronco sólo consume energía innecesaria, que se debería focalizar en el trabajo de piernas. Además puede provocar dolores en la región lumbar. Es mejor mantener el tren superior erguido y relajado, con la columna vertebral recta.
Una postura cómoda en el asiento del ergómetro reclinado
La alternativa a la bicicleta ergométrica, más respetuosa con la espalda, sería el ergómetro reclinado. Vienen equipados con sillines más amplios y un gran respaldo, de modo que la postura en el asiento queda automáticamente optimizada. Estos ergómetros reclinados también son ideales para personas con sobrepeso, ya que las articulaciones sufren mucho menos.