La motivación es un factor extremadamente importante para alcanzar tus objetivos de entrenamiento. De hecho, existen diferentes tipos de motivación. Si te fijas, en los blogs de fitness el término motivación intrínseca está cada vez más presente. Pero, ¿qué es exactamente la motivación intrínseca y cómo se puede influir en ella? En este artículo te respondemos a estas preguntas y te mostramos cómo puedes fomentar tu motivación intrínseca.
Antes todo era distinto
Pongámonos en el lugar de un estudiante en sus tiempos de escuela, que por aquél entonces cuenta entre los pesos ligeros. Un estudiante que no tiene nada que ver en ese momento con el deporte de fuerza. Pero es una persona activa: monta en bici y asiste regularmente a clases de natación. Sin embargo el deporte es algo que nunca le ha estresado.
Algo cambia al cumplir 20 años. Con los estudios, cada vez tiene menos tiempo para actividades deportivas en su tiempo libre, a la vez que la actividad física del día a día se ve reducida. Además, poco a poco va cambiando su metabolismo. Y no precisamente a su favor. En poco tiempo, la grasa corporal empieza a suponer un problema para él y lo tiene claro: si quiero tener voz y voto en su forma física, tiene que hacer algo.
Y llega la pregunta más importante: ¿cómo lo hace?
Lo intenta con kick boxing, con escalada y con natación. No hay duda de que son disciplinas deportivas excelentes. Pero por algún motivo no termina de funcionar. Le falta sobre todo la flexibilidad horaria. Y es en ese momento es cuando descubre el entrenamiento fitness. En el gimnasio todo es relativamente independiente en cuanto al horario. Un obstáculo menos.
Para alcanzar un objetivo de entrenamiento, deben coincidir varios factores: el entorno de entrenamiento, un tipo de entrenamiento adecuado, el tiempo y muchos otros. En muchos de ellos se puede influir fácilmente. El entrenador del gimnasio se lo deja muy claro a nuestro estudiante desde el principio:
«¡Debes ponerte objetivos!»
Sin problema, piensa el estudiante: mejorar el estado físico general, desarrollar la musculatura y de paso, reducir la grasa corporal. Quiere sentirse en mejor forma, verse mejor frente al espejo y tener mayor resistencia. Al principio funciona muy bien. Pero poco a poco los días que se pasa por el gimnasio son menos.
¿Cuál es el problema? Los objetivos están claros, el problema con los horarios está solucionado y cuenta con opciones de entrenamiento efectivas. La respuesta recae en su motivación.
Motivación extrínseca
Siempre que nos encontramos la partícula in (interno), también aparece la partícula ex (externo). «Extrínseca» significa «que viene de fuera». En el caso de la motivación extrínseca, la motivación depende de factores externos: hay un propósito por el cual el estudiante lleva a cabo la actividad. Verse mejor, mejorar su condición física, ser más resistente; esas son las promesas o el propósito de su entrenamiento. O dicho de otro modo: son las recompensas por su entrenamiento.
Cuando está sobre un aparato de fitness, suda por un objetivo que queda en el futuro.
A los 20 años, ésto no sólo cambia su cuerpo, sino también su motivación por el deporte. Deporte como medio para alcanzar un propósito Como veíamos, el entrenamiento del estudiante estaba motivado sobre todo de manera extrínseca. Y no debemos pensar que la motivación extrínseca es completamente inútil. De entrada sirve para levantarte una y otra vez, siempre que «te caes». Aunque no siempre sirve para mantenerse constante.
Pero existe una forma de motivación que resulta mucho más efectiva:
Motivación intrínseca
«Intrínseco» significa «interno» Por tanto, la motivación intrínseca es aquella que surge de la propia actividad. Abreviando: la diversión.
Desde su enfoque infantil y despreocupado del deporte, la diversión era la motivación decisiva.
Más tarde, en el gimnasio, conoce también a personas que no parecían conocer su problema con la motivación. Esto se les veía muy claro. ¿Qué tienen ellos, que le falta a nuestro estudiante? Disciplina. Sí, puede que también. ¿Estimulantes? Puede. Pero hay más: pasión, un impulso interior. Simplemente tienen ganas de entrenar.
¿Cómo puedes fomentar tu propia motivación intrínseca?
El tema de la motivación intrínseca se está tratando en muchos blogs de negocios y fitness. Allí se aconseja lo que en realidad siempre se suele aconsejar: hay que fijarse metas. Pero ¿qué tiene de intrínseco una meta? Debes fijarte objetivos inteligentes, claramente definidos y alcanzables. ¿No es esto algo pseudo-intrínseco?
Objetivos pequeños
Una meta alcanzable puede ser el tiempo que dediques a un aparato de entrenamiento; una distancia que recorras en una bicicleta ergométrica; las repeticiones en un banco de musculación; el peso que levantes y mucho más. Siempre que te concentres en ese objetivo, que se pueda medir en el entrenamiento, experimentarás tu autoeficacia. La experiencia de tus propias competencias es extremadamente importante para la motivación. Y estos pequeños objetivos pueden servir como motivadores que te harán ver tu entrenamiento como un desafío. Algo que sin duda puede ser muy divertido.
Entrenar en grupo
El entrenamiento con otras personas también ser una oportunidad de fomentar la motivación intrínseca. No se debe subestimar el factor social (el sentimiento de pertenencia). Éste es también el motivo por el cual los entrenamientos en vídeo y los cursos en vivo se han vuelto tan populares. Con el entrenamiento en casa se consigue la máxima flexibilidad. Pero esto también supone que entrenarás en soledad. Las aplicaciones de entrenamiento con formatos de vídeo y opciones de interacción pueden hacer que tu entrenamiento se convierta en una experiencia social.
Haz que tu entrenamiento sea atractivo
Los entrenadores aconsejan lo siguiente: debes concentrarte en el entrenamiento, en la respiración, en la realización correcta del ejercicio, en el control de los músculos, etc. Esto es básicamente correcto e importante. Pero si aún no has podido crear ningún tipo de motivación intrínseca, te aconsejamos que en primer lugar hagas que tu entrenamiento sea atractivo.
Nuestro estudiante, con el tiempo, se llevó el entrenamiento a casa: hizo hueco en el garaje y se hizo con algo de equipamiento. En cuanto a la motivación, poco a poco fue en aumento y cada vez va a más. ¿Por qué?
En su caso, le encantan los podcasts. Así que el altavoz inalámbrico se ha convertido en uno de sus mejores amigos. Desde ese momento, el entrenamiento significa: escuchar podcasts interesantes, descubrir nueva música y entrenar. Haz del entrenamiento un tiempo dedicado a tu persona. Une el entrenamiento con cosas que te gustan, prueba cosas nuevas, aprovecha las posibilidades que tienes y sobre todo: no te pongas demasiadas reglas al principio.
Céntrate en ti
Tu motivación de entrenamiento dependerá siempre de una mezcla de factores extrínsecos e intrínsecos. Sólo podrás influir en tu motivación intrínseca de forma indirecta. Objetivos intermedios realizables, entrenamiento en grupo, entretenimiento: todo esto son motivadores que pueden ayudarte. Sólo funcionan si te centras en ellos.
Al entrenar, concéntrate en los aspectos que te hacen feliz.
También puedes concentrarte, pensando en lo mucho que te gusta tu papel como deportista. Los valores también pueden ser factores intrínsecos.
Resumen
En la mayoría de casos ya existe una semilla de motivación intrínseca en algún lugar. En ocasiones hay que buscarla y mimarla un poco. Puedes empezar por ejemplo con la elección de tu aparato de fitness. Seguro que prefieres algún aparato o alguna disciplina de entrenamiento a otro. No te fijes sólo en la efectividad y en la relación de precio-uso, sino también en tus sensaciones.
En cualquier caso, la paciencia es algo que no puede faltar. Si te mantienes firme y haces que tu entrenamiento te resulte agradable, tu cuerpo y mente aprenderán a relacionar el entrenamiento fitness con algo positivo. De ese modo tu motivación intrínseca aumentará automáticamente con el tiempo y poco a poco irás alcanzando mayores éxitos según tus objetivos de entrenamiento.